Galletas Linzer

Unas de las galletas más deliciosas que habréis probado jamás. Tanto con el relleno como sin él, os van a cautivar.

Estas galletas son de origen austriaco y son una variante de la Linzer torte, nombre derivado de la ciudad de Linz. Es una receta además súper antigua, hay referencias de ella ya en el siglo XVII. Aunque hoy en día ya se comen en cualquier época del año, tradicionalmente han sido unas galletas navideñas, así que por eso os las traigo ahora (porque yo las pienso comer todo el año!). Lo normal es rellenarlas con una mermelada de fresa o de frambuesas y así quedan aún más bonitas, con el contraste entre el relleno rojo y el azúcar glas blanco.

Hace muuuuuuucho tiempo que quería hacer estas galletas. De hecho, me compré un cortador específico para ellas en una de mis primeras compras cuando empecé en este mundillo blogueril hace ya casi 2 años (¡¡madre mía cómo pasa el tiempo!!). Pero me pasó como con otras muchas cosas: se quedó ahí en la lista de "pendientes" esperando que llegara su momento de gloria. ¡Y por fin le ha llegado!

En esta última semana de clases (que está siendo mortal para mí porque estoy trabajando muchas más horas y con un trancazo tremendo), hay grupos que organizan un almuerzo de despedida. Tenía uno con unas chicas de aerobic en el que cada una iba a llevar algo. Así que me dije: Iratxe, teniendo un blog de cocina, qué menos que llevar algún dulce!

Pensé en llevar galletas para no complicarme la vida (y porque sigo sin batidora hasta que los Reyes se apiaden de mí y me regalen una) y no sé muy bien por qué me acordé de mi cortador para galletas Linzer.

Por favor, ya sea para Navidades o en pleno agosto, me da igual, pero tenéis que probar sí o sí estas galletas. Están de muerte. Con ese saborcito que le dan las almendras y esa textura como la de las pastas de té de toda la vida, las artesanas. Y luego el contraste con la mermelada....ummmm! Qué ganas de volver a hacerlas!!

Si no os gustan las almendras, siempre podéis sustituirlas por cualquier otro fruto seco o por más harina. Aún así, seguirán estando de muerte.

Yo las pienso hacer a menudo porque han sido un éxito. Además sólo comí un par de ellas en plan control de calidad (bueno, y los agujeros de las tapas) y me he quedado con ganas. Pero es que era imposible comer más porque esta semana, además de agotada, voy a salir rodando!

Jueves 3 almuerzos seguidos: a las 9:30, a las 10:30 y a las 11:30. Encima eres la monitora y, sobre todo los de tercera edad, te obligan a comer porque estás muy flacucha (que para los abuelos está todo el mundo muy flacucho). A la tarde también a última hora de pintxo-pote. Con los grupos de niños merendola. El viernes cena con antiguos compañeros de trabajo,... >_<

Venga, va, sí, me quejo de vicio.

Pero, ¿no os pasa que cuantas más ganas tenéis de que se pasen los días, más lentos se pasan? Yo llevo desde la semana pasada deseando que llegue el final de esta para poder tener vacaciones y descansar. Y mira que normalmente se me pasan las semanas volando, pero esta va a cámara lenta.

Además poco a poco se me va alargando la semana, porque de donde tenía que terminar de trabajar el jueves, van y me ponen sustituciones el viernes. Y cuando ya falta poco, de repente me cuelan sustituciones también el sábado!! Es como cuando te entra un apretón cuando estás llegando a casa y parece que de repente la calle se hace más larga, encontrar las llaves parece que te cuesta horas y el ascensor va insufriblemente lento. Perdón por el símil tan soez, pero sé que os ha pasado y lo entendéis ;p

GALLETAS LINZER

Inspiración: estas galletas (yo quiero esos cortadores!!!) aunque un poco cambiada.

Dificultad: mínima. Las hice a mano porque sigo sin batidora, así que fácil fácil.

Tiempo de preparación: 15 minutos.

Reposo: 1 hora mínimo.

Cocción: 15 minutos a 170ºC.
Cantidad: 25 galletas, es decir, 25 de abajo y 25 tapas con agujero.

Ingredientes

• 240 g. de almendra molida
• 375 g. de harina de fuerza (o de la normal o de repostería, sirve cualquiera)
• 120 g. de azúcar glas
• 250 g. de mantequilla a temperatura ambiente
• 1 huevo
• una cucharada de azúcar avainillado (no es imprescindible)
• una pizca de sal
• mermelada para rellenar

Preparación

Tamizamos la harina y el azúcar glas.

En un bol ponemos todos los ingredientes (menos la mermelada evidentemente) y los mezclamos poco a poco. Primero trabajamos un poco con los dedos hasta que tenga aspecto de migas de pan y luego ya lo vamos amasando hasta que quede una bola de masa homogénea.

La ponemos entre dos trozos de papel de horno y extendemos con un rodillo hasta lograr el grosor deseado (unos 5mm. aproximadamente). Metemos a la nevera mínimo 1 hora.


Precalentamos el horno a 170ºC.
Cortamos las galletas con la forma deseada y las ponemos sobre la bandeja de horno forrada con papel vegetal. Hay que hacer unas "enteras" y otras con agujero en medio para que se vea la mermelada. Si no tenéis cortadores para estas galletas, podéis usar cualquier cortador y para el agujero un cortador más pequeño.

Horneamos a 170ºC unos 15 minutos. Lo ideal es que queden un poco blanquitas, que no se tuesten mucho. Las dejamos 5 minutos en la bandeja y luego las pasamos a una rejilla para que se terminen de enfriar.

Una vez frías, espolvoreamos las tapas con azúcar glas (hay que hacerlo antes de montar la galleta para no "manchar" la mermelada). Ponemos un poco de mermelada en las galletas de la base y por último las tapas.

Trucos / Consejos / Variaciones

• la almendra molida la podéis comprar así o sino podéis coger 240 g. de almendras peladas y triturarlas con la batidora.
• puede sustituirse la almendra molida por avellana, nuez o por harina si no queréis que sepan a frutos secos.
• yo usé mermelada de nectarina porque tenía un bote que me regaló mi madre hace un tiempo. Pero podéis usar mermelada del sabor que queráis. Originalmente estas galletas llevan mermelada de color rojo.
• la receta original utilizaba una cucharadita de levadura. A mí se me olvidó echársela, pero de todas formas no me gusta echar levadura a las galletas para que conserven mejor la forma.
• en la receta original, además, forman la bola de masa, la refrigeran y luego la estiran, cortan y hornean. Yo prefiero primero estirar y luego refrigerar, porque es más fácil estirar la masa así. Además luego sólo es cortar y meter al horno, con lo que metemos las galletas frías y conservan mejor la forma.
• si no tenéis cortador para galletas Linzer (se ve el mío en alguna de las fotos) podéis usar cualquier otro cortador con la forma que os guste y luego usar uno más pequeño para el agujero del centro. Se pueden hacer incluso con un vaso la galleta y con un tapón el centro...

Lo dicho, animaos a probarlas porque no os van a defraudar. Y ya veis que sin batidora ni cortadores también se pueden hacer, así que todo el mundo este finde a preparar estas galletas!

Yo a ver si sobrevivo a esta tarde y a  mañana y cojo ya vacaciones antes de que me dé un yuyu. Por cierto, os enseño las galletitas que les llevé de regalo a mis alumnos más jovencitos. Las vi hace tiempo en internet y me gustaron tanto que las quise hacer como detalle:



















Y facilísimas de hacer, oye! :D Que paséis buen fin de semana pre-navideño y cuidado con las tarjetas de crédito que las carga el diablo! ;)

Muás
        Iratxe